ENFERMEDAD DE CROHN

¿Qué es la enfermedad de Crohn?

La enfermedad de Crohn es un mal crónico en el cual el sistema inmunológico del individuo ataca su propio intestino produciendo inflamación. Frecuentemente la parte afectada es el íleon, o tramo final del intestino delgado, aunque la enfermedad puede aparecer en cualquier lugar del tracto digestivo

¿Cuál es la causa?

El origen exacto de la enfermedad es desconocido, pero se sabe de factores de carácter genético (hereditario).

¿Cuáles son las manifestaciones?

Los pacientes con enfermedad de Crohn pueden tener síntomas muy variables. Unos pocos no sufren casi molestias, otros pocos tienen molestias graves y continuas, y la mayoría se encuentra entre uno y otro extremo, con síntomas que aparecen y desaparecen, mejorando generalmente con el tratamiento.

Dependiendo de dónde esté localizada la enfermedad, los síntomas pueden variar. Las personas con afectación del intestino delgado, se asocian comúnmente con diarrea y dolor abdominal y síntomas generales: debilidad, pérdida de peso, falta de apetito.

En el caso que la enfermedad afecte predominantemente el colon, las evacuaciones con sangre, y dolor abdominal son los síntomas más frecuentes.

La enfermedad de Crohn puede afectar al ano, produciendo lesiones a dicho nivel como fístulas, abscesos o úlceras anales.

En cada paciente se pueden añadir otros síntomas, como aquellos asociados a anemia (debilidad y palidez). La enfermedad de Crohn se asocia con manifestaciones extra intestinales (dolores articulares, lesiones en la piel, en los ojos, en el hígado, etc.)

Los niños con Crohn pueden sufrir retrasos en el rendimiento escolar, en el desarrollo sexual y en el crecimiento.

¿Cómo se hace el diagnóstico?

•Endoscopía
•Colonoscopía
•Biopsia de colon
•Laboratorio para establecer el grado de inflamación o la presencia de anticuerpos

¿Cuál es el tratamiento?

Hoy por hoy, la enfermedad de Crohn no es curable, pero sí controlable, y la mayoría de las personas pueden hacer una vida normal. El fin del tratamiento es evitar nuevos brotes o reducir la duración de la actividad de la enfermedad. Algunos de los tratamientos son:

  • Tratamiento farmacológico, que sigue siendo la base, y que incluye diversas familias de fármacos. Los glucocorticoides se suelen emplear en los brotes agudos, y los inmunosupresores como la azatioprina, la mercaptopurina o el metotrexato, para mantener el efecto a largo plazo. Últimamente se han desarrollado las llamadas terapias biológicas, como el infliximab y el adalimumab, que consiguen detener la inflamación, a veces de manera importante, aunque no son necesarias en todos los pacientes.
  • Tratamiento quirúrgico: en el cual se extirpa la parte de intestino afectada y la persona queda libre de síntomas a corto plazo. Esta operación nunca es curativa, ya que en la mayoría de los casos la inflamación reaparece cerca del lugar de la cirugía. El uso de antinflamatorios puede retrasar la recurrencia de la inflamación
  • Tratamiento alternativo dietético: existen dietas bajas en carbohidratos, basadas en la ingestión de hidratos de carbono específicos y no complejos, que podrían ser efectivas, más en los casos de Crohn que colitis ulcerosa, aunque no en todos los casos. Sin embargo, no hay estudios bien diseñados que hayan comprobado que una dieta en concreto sea efectiva, ni mucho menos curativa. Se suele recomendar a los pacientes que eviten los alimentos que les produzcan molestias. En el caso de la enfermedad de Crohn de intestino delgado, si hay estrecheces, no se debe tomar demasiada fibra.
  • Tratamientos sintomáticos: en ocasiones, es necesario tomar ciertos medicamentos para aliviar los síntomas, como pueden ser las resinas tipo colestiramina o colestipol, para reabsorber la bilis que el intestino no es capaz de eliminar. También a veces se emplean antidiarreicos (siempre con vigilancia médica). No hay que olvidar el apoyo psicológico que estos pacientes necesitan a veces.

Complicaciones

El paciente a menudo sufre:

•Deshidratación
•Depresión
•Molestia
•Desnutrición