¿Qué es la dispepsia no ulcerosa?
Es una enfermedad funcional del aparato digestivo superior, en la que no existe inflamación y los síntomas son similares a los de una gastritis inflamatoria. Es un diagnóstico común, aún más frecuente que las gastritis o ulcera péptica. Este diagnóstico se realiza cuando se diferentes síntomas como dolor en la boca del estómago (epigastrio), distensión abdominal (sensación de inflamación), o náuseas se encuentran presente de manera independiente o combinada. Estos síntomas similares a la enfermedad ulcerosa, cuando se estudia al paciente con procedimientos que permiten visualizar al tracto digestivo alto (endoscopía) se confirma que no hay lesión anatómica. Dicho de otra manera el paciente presenta síntomas de úlcera (dispepsia) pero no existe úlcera ni gastritis y se cumplen criterios clínicos conocidos como los criterios de Roma que establecen el diagnóstico. La dispepsia no ulcerosa es probablemente más común que la enfermedad ulcerosa y frecuentemente se asocia a intestino irritable.
¿Cuál es la causa?
Se desconoce pero los pacientes afectados presentan aumento en la sensibilidad visceral (sensibilidad a los cambios en la presión de los órganos huecos por aire o con la ingesta de alimentos) así como alteraciones en la contractibilidad intestinal.
¿Cuáles son las manifestaciones?
•Eructos
•Ardor en la boca del estómago
•Náuseas
•Distensión abdominal
¿Cómo se hace el diagnóstico?
En el Instituto de Salud Digestiva y Hepática se puede llevar a cabo los siguientes exámenes:
•La historia clínica y conocer al paciente es fundamental
•Endoscopia
¿Cuál es el tratamiento?
El objetivo del tratamiento es aliviar los síntomas y prevenir las complicaciones.
La reducción de la regurgitación de los contenidos estomacales hacia el esófago (reflujo gastroesofágico) aliviará el dolor.
Asimismo, se pueden prescribir medicamentos para neutralizar la acidez estomacal, disminuir la producción de ácido o fortalecer el esfínter esofágico inferior (el músculo que impide que el ácido se regrese en el esófago).
Otras medidas para reducir los síntomas abarcan:
•Evitar las comidas pesadas o abundantes
•Nunca acostarse ni agacharse inmediatamente después de una comida
•Bajar de peso y dejar de fumar
Si no se logra controlar los síntomas con estas medidas, o si se presentan complicaciones, puede ser necesaria una reparación quirúrgica de la hernia.
Complicaciones
No existen complicaciones graves ya que la enfermedad es de curso benigno aunque difícil de controlar, por lo que se requiere vigilancia para control de síntomas.